jueves, 14 de noviembre de 2013

Los Grandes Cárteles de México

El gobierno mexicano ha identificado a varios cárteles de la droga que operan en territorio nacional y que se han asociado “de una u otra forma” a células de colaboradores, “que operan con cierta independencia económica” en distintos niveles, y que son protegidas en todo momento por estos grupos criminales. De acuerdo con un informe de la Procuraduría General de la República, las bandas de narcotraficantes más poderosas son: el Cártel de Tijuana de los hermanos Arellano Félix, el Cártel de Colima de los hermanos Amezcua Contreras; el Cártel de Juárez, herencia de Amado Carrillo Fuentes. Además del Cártel Sinaloa, de Joaquín El Chapo Guzmán y Héctor Luis Palma Salazar, El Güero Palma; el grupo de Osiel Cárdenas denominado Cártel del Golfo y por último el de Pedro Díaz Parada El Cacique Oaxaqueño y el “Cártel del Milenio” de los Valencia. Así pues, para la PGR el Cártel de Tijuana, liderado por Francisco Javier El Tigrillo Arellano Félix, es “uno de los grupos más violentos”, y tiene su zona de influencia y operación en Tijuana, Mexicali, Tecate, Ensenada y El Valle.


Los Zetas:


El cártel del Golfo contrató a un grupo de ex militares de élite ahora conocido como Los Zetas, que inició sus operaciones como un ejército privado del cártel. Los Zetas han sido fundamentales para la dominación del Cartel del Golfo en gran parte de México y han luchado para mantener la influencia del cartel en las ciudades del norte tras la detención de Osiel Cárdenas. Los Zetas hicieron un acuerdo con los ex comandantes del cártel de Sinaloa, los hermanos Beltrán Leyva, y desde febrero de 2010 Los Zetas se convirtieron en rivales de su antiguo empleador o compañero, el cártel del Golfo, con la muerte y salida de los desertores del Ejército mexicano este cartel se ha convertido en uno de los más peligrosos.



Cártel del Golfo:
El cártel del Golfo, con sede en Matamoros, Tamaulipas, ha sido uno de los dos cárteles dominantes de México en los últimos años. A finales de 1990, se contrató a un ejército de mercenarios privados (grupo ejecutor de Los Zetas), que en 2006 entraron como socio, pero, en febrero de 2010, su asociación se disolvió debido a una traición de los Zetas. Ante esto los dos grupos se envolvieron en una lucha a lo largo de varias ciudades de la frontera del estado de Tamaulipas, convirtiendo varias ciudades fronterizas en «pueblos fantasma». Actualmente pertenecen a la asociación de Carteles Unidos conformada también por El Cartel de Sinaloa y el cartel presuntamente extinto de La Familia Michoacana.

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